sábado, 29 de agosto de 2015

el secreto de la memoria prodigiosa de los músicos

Si alguno de ustedes ha visto un concierto sinfónico probablemente habrán notado que los solistas usualmente interpretan las piezas enteras, algunas de más de 20 minutos de duración, de memoria: cientos de notas, todas perfectamente entonadas y acopladas. Claramente, algunos músicos tienen una memoria excepcional para las canciones que interpretan. Entonces… ¿la habilidad para recordar cientos de canciones demanda algún tipo de memoria especial?
La mayoría de los estudios apuntan al hecho de que los músicos tienen una mejor memoria para las palabras que las personas que no tienen relación con la música mientras que existen otras investigaciones que afirman que los músicos no tienen una capacidad específica para recordar la información. ¿Cuánto hay de cierto o falso en estas conclusiones?
Así, un equipo de la Universidad de Manitoba en Canadá investigó a 36 estudiantes, de los cuales 15 tenían una edad media de 11.5 años y poseían una educación formal de piano de al menos un año de duración.

Realización de las pruebas

Se realizaron dos pruebas. En la primera los estudiantes escuchaban una lista de 16 palabras escogidas a partir de diferentes categorías semánticas. La lista fue presentada cinco veces, después de cada repetición los jóvenes debían intentar recordar la mayor cantidad de palabras posibles.
Posteriormente les presentaron otra lista con 16 palabras diferentes que actuarían como una interferencia en relación con la información anterior. Luego, se les pidió que intentaran recordar las 16 palabras originales.
Acto seguido los jóvenes hicieron un test visual que les llevó alrededor de 20 minutos y posteriormente les pidieron que recordaran, una vez más, las 16 palabras originales pero esta vez el recuerdo se obtendría de dos maneras diversas: de forma libre o a través de un examen de opción multiple.

Los Resultados

Los músicos obtuvieron mayores puntuaciones en todas las pruebas demostrando que tenían una mejor memoria para las palabras que el resto de los participantes en el experimento, sin embargo… no solo poseen una mejor memoria verbal sino también espacial ya que posteriormente les presentaron, en vez de palabras, 15 flechas ubicadas en diferentes posiciones.
En este caso los músicos también eran capaces de dibujar de manera más fidedigna las posiciones de las flechas.
Por supuesto, los investigadores prestaron particular atención a las estrategias que utilizaban estos jóvenes músicos para mejorar su memoria:
1. Las personas no-músicos intentaban recordar las palabras sin ninguna organización o estrategia en particular mientras que los músicos intentaban agrupar las palabras bajo categorías similares y generalizadoras que facilitaban su memorización y posterior recuperación.
2. Cuando se trabajaba con las imágenes, las personas no-músicos es intentaban describir las flechas con palabras, por ejemplo: “flecha girada 30 grados a la derecha” mientras que los músicos no intentaban describirlas ni verbalizarlas sino que almacenaban lo que veían en forma de imágenes.
Así, los músicos desde edades muy tempranas, y gracias al entrenamiento musical que reciben, utilizan diferentes estrategias mnémicas que les permiten agrupar notas, palabras, imágenes; aparentemente azarosas bajo categorías inclusoras y más generales.
 
Fuente:
Jakobson, L.; Lewycky, S.; Kilgour, A. & Stoesz, B. (2008) Memory for Verbal and Visual Material in Highly Trained Musicians. Music Perception, 26 (1), 41-55.
 
Tomado de www.quetescuchen.com Vía: RincondelaPsicologia.com , Autora: Jennifer Delgado

Como el tocar un instrumento beneficia a tu cerebro


12 razones por las que un niño debería estudiar música

Los estudios musicales son una actividad que compagina su vertiente más lúdica con unos estudios paralelos a la tarea escolar, que generalmente se añaden a los deberes ordinarios, por lo que requiere de grandes dosis de motivación (de los niños que deben aplicarse a ello y de los padres y madres que han de apoyarles). Esta carga extra puede provocar reticencia y rechazo tanto de unos como de otros.
Pero las ventajas de emprender estudios musicales son muchas más que los inconvenientes. Aquí os dejamos una docena para aquellos que estéis indecisos o simplemente no os lo habíais planteado:

1. Desarrollo de la psicomotricidad

Para tocar un instrumento lo primero es conseguir que suene ya sea soplando, frotando un arco, pulsando una tecla o rasgando una cuerda. Una vez conseguido esto, el siguiente paso es dar “forma” al sonido y tocar notas concretas accionando los mecanismos necesarios. Todo ello mientras se lee la partitura. Un ejercicio de psicomotricidad de lo más completo.

2. Competencias en idiomas

Esa partitura de la que acabamos de hablar contiene instrucciones precisas sobre el ritmo, la altura, la duración, la velocidad, el carácter y la técnica precisa para tocar las notas; expresadas solamente con lineas, puntos, y algún que otro símbolo. Es como aprender a leer otro alfabeto, de la misma manera que si aprendemos ruso, griego o mandarín. Pero vamos más allá: la música tiene frases, sintagmas (semifrases) y palabras (motivos) que dan sentido al discurso musical, un auténtico sistema sintáctico que da coherencia a la música. Mientras aprenden música mejorarán su aprendizaje en conceptos propios de las lenguas y las competencias necesarias para aprehenderlas.

3. Pensamiento lógico

Especialmente en los primeros cursos -en los que se asimilan e interiorizan los conceptos básicos de la música-, las matemáticas y la lógica son fundamentales para comprender e interpretar el ritmo. Por eso, estudiar música desarrolla el razonamiento lógico-matemático y estructura los mapas mentales.

4. Pensamiento múltiple

Además de la psicomotricidad que mencionábamos para tocar el instrumento, hay que tener en cuenta que las notas deben sonar con la duración, afinación, intensidad, ritmo e intención que se nos pide en la partitura. O que nos pide el director. O nuestro compañero de atril. O todos a la vez.

5. Sensibilidad artística

Por encima de cualquier requerimiento técnico la música es un arte. Siendo así, tocar un instrumento desarrolla la creatividad a través de la experimentación, canaliza la exteriorización de los sentimientos y fomenta el desarrollo del criterio artístico.

6. Capacidad de autoescucha y reflexión

Es evidente que para dominar un instrumento hay que escuchar lo que se está tocando, analizarlo y corregir lo que sea necesario. Con el tiempo, el hábito de escucharse a uno mismo va más allá del instrumento y con ello el análisis y la reflexión de lo que nos decimos a nosotros mismos.

7. Empatía y habilidades sociales

Además de escucharse a sí mismo, para poder tocar en grupo es imprescindible escuchar a los demás, por lo que se desarrolla la empatía. Si el grupo es grande, como una banda o una orquesta, también se desarrollan las habilidades sociales necesarias para relacionarse con los demás miembros.

8. Educación en valores

Tocar con solvencia un instrumento no es fácil ni rápido. Requiere trabajo constante, esfuerzo y perseverancia; unos valores que la inmediatez de nuestro acelerado mundo parecen haber olvidado. Al mismo tiempo, tocando en público deberán superar sus miedos.

9. Autoestima

Los pequeños avances que día a día experimentará serán una fuente de satisfacción que gratificarán todo el esfuerzo invertido. A medio plazo el control sobre el instrumento será mayor, con lo que también crecerá la motivación y el perfeccionismo; al cabo de los años podrá mirar atrás y ver que ha merecido la pena y todo ha sido posible gracias a sí mismo.

10. Serán más responsables y cuidadosos

A excepción de los instrumentos más grandes (piano, órgano, clave, arpa, percusión, contrabajo…), cada estudiante utiliza su propio instrumento, tanto en el estudio personal como en clase. Los instrumentos musicales son delicados y por tanto requieren cierto cuidado en su manipulación y mantenimiento; en otras palabras: un instrumento necesita que seamos responsables y cuidadosos con él.

11. La casa será más alegre

Vale, un estudiante repitiendo hasta la saciedad la misma pieza (que encima suena desafinada) puede llegar a cansar, pero hay que reconocer que siempre da alegría a la casa (o al bloque de pisos, o a la calle entera…).

12. Queda muy bien en las celebraciones familiares

La escena de los más pequeños amenizando la velada con sus instrumentos es un clásico. Ellos contentos de demostrar lo que son capaces de hacer y los mayores babeando de verlo. Entrañable.
En definitiva, estudiar música es un ejercicio de los más completo, que ayuda a los más pequeños a desarrollar sus capacidades intelectuales, sociales y personales mientras se divierten. ¿Qué más se puede pedir?


Extraído del blog de Eduard Ruano, profesor de Tuba del Conservatorio Profesional de Zaragoza.
Vía: www.venezuelasinfonica.com | Fuente: eduardruano.com